El Santuario ha querido fomentar y facilitar el piadoso ejercicio del Via Crucis, instalando las diversas estaciones de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, subiendo en zigzag por la ladera del Monte Carmelo. 

El esfuerzo de la subida, contemplando el misterio del Hijo de Dios que asume la muerte en cruz para la salvación del mundo, estimula a seguirle con generosidad avanzando por el empinado camino del deber.

Son quince estaciones que nos llevan paso a paso  hasta el Calvario. Y después de contemplar a Cristo crucificado, una imagen de su resurrección nos recuerda que el dolor y la muerte no son el fin, sino camino para la glorificación.

Estas estaciones están construidas en piedra, cada una con la representación de los misterios , pintadas en cerámica por la artista Rosario Riesco.