Proceso Ordinario 

El proceso ordinario del milagro se realizó en Santiago desde el 4 de diciembre de 1990 al 29 de mayo de 1991 mediante los interrogatorios e investigación  llevada a cabo por un tribunal. Éste estaba a formad por el Pbro. Alerto Villarroel, abogado y profesor de derecho canónico, quien actuó como juez delegado; el Pbro. Jerónimo Walker Cruchaga, promotor de justicia; el doctor Henry Olivi, médico perito; la Sra. Ana María Risopatrón Larraín y Sra. Pilar Capdevila Honorato, notarias; además del Padre Marino Purroy Remon ocd, vice postulador  quien, con este trámite, vio coronados sus esfuerzos en el proceso de Teresa. Su generosidad, su humildad, su constante empeño por difundir la vida y el mensaje de la santa carmelita por medio de innumerables publicaciones salidas de su pluma, fueron semillas que dieron y siguen dando abundantes frutos.

En el mes siguiente, proceso del milagro fue llevado a Roma para su correspondiente examen. El 2 de junio de 1992 recibimos la feliz noticia de que, habiéndose reunido la consulta médica formada por cinco peritos, llegaron unánimemente a la siguiente conclusión: el hecho de que se trata no se puede explicar por la actual ciencia médica y que, por lo tanto, lleva lodos los caracteres de extra naturalidad.

Con este paso decisivo se podía decir que quedaban abiertas las puertas para la canonización. Efectivamente, a sesión de los Sres. Cardenales se realizó el 7 de julio siguiente con un resultado totalmente positivo. Cuatro días después, el Santo Padre llevo a cabo la Promulgación del Decreto del Milagro y, para finalizar el año, el 11 de diciembre de 1992 se celebró el Consistorio ordinario público en el que fue preparada y publicada la canonización por parte de Juan Pablo II, y fijada como fecha para la misma el 21 de Marzo de 1993.

 

A un paso de la meta

Con júbilo desbordante llegó el Padre Simeón de la Sagrada Familia, el 31 de diciembre de ese ajetreado año, para hacer los preparativos próximos para esta fecha memorable.

Durante meses se mantuvo la posibilidad de que Teresa de Los Andes fuera canonizada en Santo Domingo, República Dominicana, ya que en octubre de ese año se realizarían en ese lugar dos grandes evento sede la Iglesia en América: el inicio de IV Asamblea General del Episcopado Latinoamericano y las celebraciones conclusivas del V centenario de la evangelización de América.

Se había previsto para esta ocasión la presencia del Santo Padre Juan Pablo II y de muchísimos obispos de la diócesis de nuestras tierras. El día 11 era el señalado para la canonización de la beta Teresa juntamente con la del obispo agustino recoleto, Ezequiel Moreno. Debido a que la salud algo quebrantada del Papa, no se pudo realizar a tiempo y se prorrogó.