Imagen  “La Enamorada

Fue una iniciativa del embajador de Chile ante la Santa Sede don Máximo Pacheco Gómez.

Para este proyecto, se presentaron nueve artistas, de los cuales 5 eran chilenos (Juan Fernández, Mario Irarrázabal, Osvaldo Peña, Francisco Torres y Sergio Urbina), tres italianos (Novelio Fínotti, Romano Cosci y Paolo Borghi) y un francés (Eric Aman).

Los proyectos presentados fueron recibidos y estudiados por Monseñor. Marshisano, quien se decidió por el escultor Juan Eduardo Fernández, de nacionalidad chilena y residente en Alemania. Dicho encargo se formalizó el 11 de mayo de 2003.

Después de casi un año, siendo el 21 de octubre de 2004, a las 10.20 de la mañana hora italiana, fue bendecida la imagen por el Papa Juan Pablo II, en el exterior de la basílica San Pedro, dentro de los jardines del Vaticano, siendo la primera santa latinoamericana con una estatua en la basílica.

La imagen fue realizada en  mármol de carrará.  En Carrara hay más o menos 160 canteras y de esas hay tres de donde sale este mármol que es el más exquisito. Este bloque es de la cantera donde se piensa, por análisis químicos, que es el que más se asemeja al material que Miguel Ángel ocupó para "La Piedad". Es una cantera que da un mármol extraordinariamente bonito y de muy pocas vetas (Juan Fernández) Mide 5.30 metros, bloques sacados de la canteras, originalmente eran de 60 toneladas.

Aspectos de la imagen

En todos los aspectos de la obra escultórica, por ejemplo el porte de las manos,  es de  absoluto criterio del artista. El deseo que  se tenía era que se notara de alguna forma relativamente espontánea que era una carmelita, por eso la escultura presenta bien fuerte el carácter de una mujer joven, porque Teresita murió de 19 años.  El escultor Fernández señala que según lo que decía el hermano santa Teresa a quien alcanzó a conocer, era una mujer grande y bien terminada. Era una mujer bonita; por lo que se presentó la imagen en el esplendor de su juventud, donde  el hábito carmelita se estructuró de tal manera que en la escultura se sienta también el cuerpo femenino. El hábito carmelita produce una especie de pirámide de género pero, al hacerla correr, se siente el cuerpo. Esa era una intención muy importante.

“La enamorada va de prisa al encuentro del enamorado", ese es el tema porque Jesús tuvo una historia maravillosa con Teresita. Ella tenía una gracia muy especial que en la teología católica se llama "la gracia de la contemplación infusa, que trae consigo el hecho de poder escuchar voces dentro de sí. Jesús le decía un comentario muy lindo, que ella escribe en su diario: "Cuando veas a un joven hermoso, piensa que yo soy más hermoso que él". Escribió también en su diario "este loco de amor que me vuelve loca’, o sea es la historia de dos enamorados. Entonces ella va de prisa, casi corriendo, al encuentro del amado.

La imagen fue financiada exclusivamente con aportes de empresarios chilenos; y se encuentra en un nicho que está en el ábside de la Basílica, el signo del cielo, y está muy cerca del altar. Es un lugar precioso que se visita permanentemente porque la casa de los huéspedes está a ese lado.  Entonces cuando los cardenales, los obispos o las personas invitadas por el Santo Padre caminan desde la casa en que viven hasta la Basílica, tienen frente a ellos a Santa Teresa de Los Andes.